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Araba Encounter reflexiona sobre la brecha digital de género

 

 

  • Aunque la participación femenina en la party alavesa haya aumentado dos puntos, la presencia de mujeres sigue siendo escasa: un 16%
  • La diferencia de género en cuanto al acceso y uso de las TIC en Euskadi no es muy acusada. Sin embargo, la brecha se hace enorme en educación y en creación de nuevas tecnologías
  • Varias iniciativas tratan de reducir esta desigualdad. Desde la Araba Encounter, el Grupo SPRI ofrece talleres que buscan despertar el interés de las niñas en la tecnología. El proyecto INSPIRA trabaja con el mismo objetivo en los centros educativos vascos


El aumento de dos puntos en la participación femenina en la Araba Encounter ha sido recibido como una buena noticia. Sin embargo, la desigualdad en las inscripciones de hombres y mujeres sigue siendo acusada: solamente un 16% de los 400 puestos de ordenador son ocupados por mujeres, y el porcentaje es menor en el resto de reuniones informáticas vascas. Los expertos presentes en la party coinciden en que este dato es el reflejo de un problema más grave; la presencia de mujeres en carreras y empresas tecnológicas es también muy minoritaria.

 El coordinador de Enpresa Digitala en Álava, Aitor San Sebastián, considera que lo que ocurre en la Araba Encounter es el reflejo de lo que sucede en el resto de la sociedad. Se da la paradoja de que, mientras el 95% de los empleos tienen algún componente tecnológico, la vocación en este campo va en descenso, y de hecho, la matriculación en carreras con fuerte componente informático y matemático ha caído un 40% en los últimos años. Por ello, en opinión de San Sebastián, la solución vendría de incentivar la formación tecnológica desde edades tempranas y, en el caso concreto de las niñas, en luchar contra los modelos y estereotipos sociales que las alejan de este campo de conocimiento.

 Sin embargo, las diferencias de género en cuanto a acceso y uso de las TICs no es grande. Según datos del Eustat, hombres y mujeres son usuarios de internet en porcentajes similares (77% y 71%, respectivamente), aunque esta diferencia porcentual se multiplica cuando el foco se pone en la educación y el empleo. A pesar de que el 54,3% de estudiantes universitarios sean mujeres, solamente un 26,4% opta por titulaciones técnicas como ingenierías o arquitecturas. Y en el mundo laboral los datos son malos y van a peor; en España sólo el 18% de los empleos tecnológicos están ocupados por mujeres, cuando en los años 80 y 90 la cifra era superior al 30%.

 En la propia party el debate está abierto. Maitane Junguitu, participante desde hace 10 años en eventos tecnológicos, coincide con San Sebastián en que el problema es social y muy amplio, y destaca la importancia de la educación. “Desde pequeñas se nos enseña a no ser activas, a no correr, a no interesarnos por la tecnología”, afirma, “y a que haya profesiones para hombres y para mujeres”. Por ello, defiende la necesidad de "empujar" a las mujeres a ser creadoras de tecnología, más que meras usuarias. Pero se muestra escéptica ante los talleres dirigidos exclusivamente al público femenino que, en su opinión, interesan pero a cambio de incidir en estereotipos de género.

 Leire Iturbe, otra participante de la Araba Encounter, coincide con Maitane en que el mundo tecnológico está muy masculinizado y afirma que “no está muy bien visto que una mujer” se dedique profesionalmente a este campo, en el que con frecuencia se ve relegada. Iturbe, con formación en el área informática, no ve necesario incentivar la tecnología en las mujeres, porque "son libres de tomar sus decisiones" en función de sus gustos personales.

 Propuestas para combatir la desigualdad

Desde la organización de la Araba Encounter, así como desde las instituciones, la brecha digital de género se percibe como un problema a abordar desde edades tempranas. El Grupo SPRI, a través de Enpresa Digitala, ofrece un taller dirigido a niñas mayores de 8 años bautizado como Girls&Tech. Mediante estos talleres se pretende captar el interés de las chicas hacia la creación tecnológica poniendo énfasis en los aspectos más creativos y estéticos, como el uso de LEDS para modificar zapatillas o prendas de vestir.

 El coordinador de tecnología de Camp Tecnológico, Jon Ander Besga, afirma que estos cursos pretenden enseñar a las niñas que la tecnología también está abierta a las mujeres. En su opinión, entre otros muchos factores, también hay que incidir en la educación que reciben las niñas en sus casas, ya que son los padres los que en muchas ocasiones matriculan a sus hijas únicamente en propuestas orientadas al público femenino. En todo caso, ha destacado que no existe ninguna diferencia entre ambos sexos en cuanto a capacidad de aprendizaje, y que las únicas barreras son “de acceso” a la tecnología, impulsadas siempre por estereotipos y prejuicios sociales.

 En esta misma dirección, el proyecto INSPIRA, promovido por la Universidad de Deusto y Elhuyar Fundazioa, que cuenta con la colaboración de Innobasque y el Ministerio de Economía y Competitividad, busca promover las vocaciones científico-técnicas entre las jóvenes. Actualmente está implantado en 11 centros de Euskadi y durante este curso tomarán parte alrededor de 200 niñas.



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